Obituario: Julio Anguita
Desde una inequívoca 'posición joseantoniana', falangista, he sentido profundamente, la muerte de Julio Anguita, el 'califa rojo cordobés', el comunista 'inasequible al desaliento', también…
Y es que, ya desde los años treinta del pasado siglo, en el ámbito español, los falangistas y los comunistas- ambos en escueta minoría- competían en una disputa revolucionaria. Unos, para emular la revolución popular soviética, en una “invasión de los bárbaros” que habría de cambiar radicalmente el mundo, arrasando todo ”lo caduco” ; otros intentando salvar lo que hubiera rescatable en el pasado, en el mundo conservador para crear ,junto a lo nuevo, un mundo nuevo ,exigente de justicia y equidad, en el que también se pudiera amar a la Patria Su ”revolucionaria moderación”- si se me permite la aparente contradicción- conseguía atraer a su discurso a muchos radicalmente contrarios, pero cuyos objetivos coincidían en lo fundamental.
Y su ejemplo… En esta época en que la corrupción y el nepotismo circula libremente, en que dirigentes comunistas o muy próximos al comunismo, perciben –sin rubor- decenas de miles de euros de la política, él renunció a sus pensiones políticas, reduciendo sus ingresos a los magros de la jubilación de profesor…
En la indisimulada admiración de muchos de nosotros –joseantonianos- a la hombría de bien de Julio Anguita, durante decenios hemos comentado que, en su día, fue galardonado con el 'Premio de Ensayo José Antonio Primo de Rivera'… galardón que, infortunadamente, nunca alcanzó .
Y lo sentimos doblemente.