‘Efesé… y Panamá’
El ‘Éfese’, ese equipo de fútbol cartagenero caracterizado por sus desventuras (como en tantas otras facetas de la vida en nuestra ciudad, en nuestra comarca), está, una vez más, en capilla ante otro ‘trascendental’ encuentro que le permita retornar a la segunda división, mínima aspiración de una afición que sueña con alcanzar las primera división… aunque sea una vez en su vida.
En ese equipo brillan varios jóvenes -y no tan jóvenes- jugadores, de los que los aficionados “esperamos todo”, para conseguir el anhelado ascenso de categoría.
Carrasquilla es el más reciente de las esperanzas blanquinegras. De su habilidad con el balón, velocidad, potencia física, y “puntería” muchos esperamos mucho…
Y Carrasquilla es panameño, ese país centroamericano, hispano, cuyo estratégico Canal une los océanos atlántico y Pacífico. Y su población es muy aficionada al futbol, y espera impaciente, el partido del domingo , que verán televisado en directo, y donde esperan aplaudir a su ídolo…y al Cartagena F.C, ese equipo europeo- y también hispano- que ahora lo consideran como suyo. Tan “suyo” que allí, la familia a y amigos de Carrasquilla se han fotografiado en grupo con la camiseta “blanquinegra”.
En Panamá, como en dos docenas de naciones hispanas, muchos guardan como un tesoro, la nostalgia de la patria común…
En la Marina – tanto Mercante como Armada- hemos “cambiado“ muchas veces de océano a través del Canal de Panamá, en una maniobra curiosa y compleja…que me recuerda una anécdota que me contó mi amigo fraterno y colega, el Dr.Luque, también fiel abonado al Cartagonova, cuando de Teniente Médico vivió ese tránsito…
“estaba asomado a la borda, viendo la maniobra. La mayoría de los obreros panameños eran casi negros. Uno de ellos, mirando nuestra bandera y a mí, preguntó “Where are you from”, a lo que respondí “We are spanish”. Y ya en español el negro continuó “¿españoles de dónde?”, como suelen preguntar los usacos ante cualquiera que hable español, sea argentino, cubano, venezolano… ¡Españoles de España!, fue la respuesta…¡¡Pues que Viva la Madre Patria”, gritó el obrero, alzando su gorra mientras el buque continuaba su marcha hacia el Atlántico, y él la agitaba sobre su cabeza…
Aquella fue una lejana, emotiva y dulce satisfacción,
Y ahora, Carrasquilla.