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La Mar de Músicas, de la brillantez a los despropósitos

La del jueves fue una noche para vivir con plenitud el espíritu de La Mar de Músicas, pero también para sufrir situaciones que no se corresponden con un gran festival. Un gran ambiente y un gran UB40, pero con falta de recursos líquidos en las barras y el sorprendente cierre de la puerta de la calle Concepción que hizo a muchos tener que rodear todo el monte. La fuerza frente al lado oscuro. Vayamos por partes.

La cita con UB40 en el Parque de Torres ha sido, posiblemente, de lo mejor de esta edición por su calidad sonora (se escuchaba perfectamente tanto en las primeras filas como en las más elevadas) y por ese ritmo que inyectaron con el público, principalmente de ‘reggae’, pero también con paréntesis de rap y algún que otro estilo. Gradas y pasillos del auditorio del ‘Castillo de los patos’ estaban a tope. Por lo que calculé, entre dos o tres mil personas, muchas de ellas bailando. Ambientazo. Es la esencia de La Mar de Músicas. Disfrutar con el sonido de los artistas y con la panorámica nocturna que ofrece este balcón cartagenero.

Como cada uno tiene sus gustos, nos aventuramos a preguntar a algunos espectadores sus sensaciones con este concierto. La mayoría no escatimaba elogios hacia el sonido (“espectacular”), el lugar (“los conciertos lucen y suenan mejor aquí que en El Batel”) y el ritmo (“magnífico”) de este grupete anglosajón. Hubo quien se quejó de que les faltó “tocar algún tema más, pues fueron a más al final con sus canciones más conocidos y nos quedamos con ganas de un poco más”. Una crítica que también podría valer como elogio. También hubo que casi ni fu ni fa. “Vengo por el ambiente de La Mar de Músicas, pues UB40 no me dice nada, pero tampoco me ha desagradado”. Para gustos, los colores.

… y tuvo que ser mala suerte, seguro. Anoche fue la primera vez que este año un servidor asistía a La Mar de Músicas. Con la tranquilidad de que otros compañeros le dan cobertura y que hay que acudir a informar a otros focos de la animada vida social del verano entre playas y fiestas populares. Cartagena en julio no sólo es La Mar de Músicas, en absoluto. Pues bien, para una noche que voy y todo lo que me pasa, pero de momento no caigo si fue causado esa escalera por la que pasé por debajo, por el gato negro que se cruzó, por el espejo que se vino abajo al verme o por esa maldición gitana que me dijeron con nada de cariño, pero algo tuvo que ser. Vayamos al tema.

Para empezar, mientras estamos preguntando por UB40 comenzamos a recibir ‘reprimendas’ por el concierto del Franco Battiato. Esa noche, por decisión de este diario, sólo estuvo el fotógrafo y el texto de la crónica fue típico, tópico y descafeinado para acompañar las imágenes. Pues bien, por suerte (que no por desgracia), Cartagena de Hoy tiene muchos lectores y son muchas las personas que nos conocen. Algunas se dirigieron a nosotros y otras aprovecharon nuestro cuestionario sobre UB40 para quejarse de nuestro artículo. “¿Cómo pusisteis lo que pusisteis?”, nos preguntaba un ‘amable’ lector. Los comentarios eran de que fue un concierto soporífero en el que el italiano estuvo leyendo las letras de sus canciones (“pues vaya un cantautor”, dijo otro) y hasta perdió el hilo de la última, la más conocida. Lo sentimos, pero suponemos que también hubo bastante gente a la que le gustó Franco Battiato, pero como siempre ocurre en éste y otros países, los periodistas somos focos de quejas.

Seguimos, pero ahora fuera de la música. ¡Se agotaron las cervezas!. Es muy fuerte tener que decir ésto en España, pero también se nos quejó una persona con un tique de seis euros por un mini de cerveza en la mano y cuando indagamos resulta que los barriles de las cañas estaban vacíos. También faltó tónica. Mala previsión.

El remate fue al irnos. Tras el concierto de UB40 ascendimos hasta el castillo, donde nos encontramos a unos ‘supermanes’ (cantantes vestidos de traje de héroe) con unos temas que, la verdad, no nos gustaron y no gustaban a la mayoría, por lo que se podía deducir por los escasos aplausos. Decidimos marcharnos por donde habíamos venido. Qué fácil es lanzar esta frase y qué complicado resulta, a veces, llevarla a cabo. La concejalía de Cultura anuncio dos días antes de comenzar La Mar de Músicas 2017 (pinchar aquí) que se habilitaba un acceso por la calle Concepción para los que fueran al festival, lo que aplaudimos pues amplía las opciones de aparcar el turismo por la zona urbana. Sin embargo, sobre la una y media de la madrugada, cuando nos dirigimos hacia el mismo camino por el que habíamos accedido, nos sale al paso un vigilante de seguridad para decirnos que la puerta estaba cerrada. Le decimos (casi con súplica) que no hemos visto cartel alguno que refleje esa hora de cierre (tampoco en la información municipal ponía esa circunstancia) y que tenemos el vehículo en la zona urbana y que si no podemos acceder por esa vía, tendremos que rodear todo el monte. Le insistimos, pero el buen hombre recalca que recibe órdenes (por supuestos no dijo de dónde venían las mismas) y que no hay nada que hacer. Es decir, se nos queda cara de ‘tontos’ y echamos a andar. Veintiún minutos de paseo extra en la madrugada. Bueno, por lo menos hicimos piernas hasta llegar al vehículo. Instantes después aparecen dos matrimonios que había sufrido lo mismo y van ‘echando pestes’. “Que no me esperen más en La Mar de Músicas”, escuchamos y en un alarde de investigación mental deducimos que no les han sentado nada bien. ¿Por qué será?

Como se suele decir, son hechos aislados que no deben empañar un gran festival que es ventana de Cartagena hacia el exterior, pero pienso que no cuesta excesivo trabajo cuidarlos, pues tanto se gasta en publicidad para captar espectadores y luego se van perdiendo por otro lado, aunque parezcan pocos en principio. A la larga restan.

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Sobre Nosotros

  Cartagena de Ley es un periódico de noticias de sucesos, tribunales y tráfico que edita 21DEhoy agenCYA, empresa fundada en el año 2009 que también abarca los diarios digitales cartagenadehoy.com - launiondehoy.com - elalgarlosurrutiasdehoy.com y las revistas de papel El Puente - Tele Pinacho además de otras publicaciones y trabajar para eventos y gabinetes de prensa


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