Cuando la justicia es la sospechosa

Escrito por Carlos Illán Ruiz - 21DEhoy agenCYA. 7 de noviembre de 2018, miércoles.

La Ley es ciega, pero los que la aplican tienen los ojos bien abiertos. La justicia española se ha pegado un tiro en el pie con lo que ha hecho el Tribunal Supremo, pues el concepto de justicia queda muy tocado.


Con el VAR aplicado por el TS sobre una decisión del propio TS para muchos queda claro que la justicia no es igual para todos y que el 'pez gordo' siempre será el 'pez gordo', por mucho que le duela al 'pez chico'. Que la decisión ha beneficiado a los bancos es indiscutible, como bien reflejan el subidón que han experimentado hoy en las bolsas en contraposición del bajón que sufre la justicia para los ciudadanos de a pie.

La ceguera de la Ley se ve afectada en muchas ocasiones por el factor humano, pues son personas las que la aplican. Hay muchos jueces y magistrados que se esfuerzan a diario por su honestidad profesional, pero también los hay que se dejan influenciar por factores ajenos. Unas veces son intereses, simpatías o despachar asuntos por la vía rápida para hacer méritos ante los de arriba, valgan como ejemplo por casos que hemos conocido en todos estos años. La mayoría de veces han resultado perjudicados españolitos anónimos y el tema no ha tenido transcendencia, pero ahora el Supremo lo hace ante una ventana abierta de par en par. Si la justicia pierde la sensación de justa, mal vamos, pues salen malparados todos, hasta los buenos jueces.

En el caso del impuesto de las hipotecas ha sido sangrante, pues el Alto Tribunal se corrige a sí mismo ante la presión bancaria, cuando resulta que a los españolitos les dicen que recurran a otras instancias cuando consideran que una sentencia no es justa o han existido errores en los fundamentos aplicados. En esos casos, nada de autocorrecciones. Hay clases y clases.

Vamos ahora a la decisión del gobierno socialista de Pedro Sánchez de cambiar la Ley. Está bien, pues ese impuesto de las hipotecas tiene como destinatario al propio Gobierno de la Nación. A partir de ahora lo pagarán los bancos y deduzco que elevarán los intereses de los préstamos que concedan para el pago, con lo que el cliente seguirá siendo el pagador. Es decir, si aplican esa medida y han quedado liberados de pagar los cuatro años anteriores, no perderán nada.

Si el Gobierno sigue ingresando el dinero y a los bancos no les costará nada el impuesto, ¿quién es el pagano? La respuesta es fácil.

Parece que la justicia va a salir con cargos de la instrucción que, por su comportamiento, está llevando a cabo la ciudadanía. Sin embargo, lo mismo estoy equivocado y resulta que todo está 'ferpecto'.

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