'El miserere de los fracasados'

Escrito por Andrés Hernández Martínez. 18 de noviembre de 2017, sábado.

Quizás sea un discurso demasiado místico para las mentes obtusas que curiosamente tienen el poder político pero quizás hoy, haya que aferrarse irónicamente a  la piedad de lo sobrenatural, lo terrenal ha tocado fondo, la miseria humana, la traición, la conspiración, la venganza, producto de la frustración, la herencia de meretrices abocada al causado político e institucional se ha hecho fuerte en nuestra rutina, lo ruin, ordinario y mediocre nos ha inundado las venas de la sensatez y la templanza, acampa a sus anchas por un metafórico campo de envidias, rivalidades y rencores y así, con pensamientos litúrgicos embadurnados de finos y suaves bálsamos sicalípticos  por deshonestos e indecentes, me lleva el abismo del folio vacío pero irritado a citar al Miserere, a ese binomio pecaminoso y redentor, al propio pecado y al cada día más lejano perdón, al locuaz e ininteligible Salmo 51 para los ineptos y legos como éste, el que hoy golpea las teclas.

Decía Juan Pablo II del Miserere que era; “El más intenso y repetido salmo penitencial, señor ten piedad, el canto del pecado y del perdón, la más profunda meditación sobre la culpa y sobre la gracia.” Parece que, a estos mercaderes del templo ruin de la política, el comadreo y la traición por rencor, se le ha pasado por alto.

“Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, // por tu inmensa ternura borra mi delito, // lávame a fondo de mi culpa, // y de mi pecado purifícame.” A través de esta pequeña porción del Salmo me acerco al escenario actual, tanto nacional, como regional y por supuesto, al local, ya muy esperado de mis contertulios de pasillo, copa y puro y de los discrepantes o semi encontrados a la par que ignorados por mediocres y vulgares adictos al bocadillo de mortadela, y esto, sin mencionar a la familia de nadie…, que uno es educado y respetuoso.
“Asinque”, el termino complot se usa para denominar a la conspiración, el secretismo entre personas o grupos con finalidad irreverente. El complot ha sido una acción muy recurrente en el ámbito político con la intención de destruir, derrocar o deslegitimar la legalidad vigente, muestra de ello es el contubernio del TBO catalán, o más cercano el “bypass” político en la región de Murcia con Miras, heredado por complots e intereses particulares de cortijo cicatero de Valcárcel, que es en lo que se ha convertido el PP en la región.

Nadie puede evitar la crítica contra el desatino político heredado de la era Valcárcel en la Región, un paseo de albañiles de la política municipal aupados a la regional y nacional con vistas al aforamiento y la exculpación, así, todos y cada uno de los partidos con representación nacional tienen sus propios virus corruptos adosados a su ADN, unos tratados con vancomicina –antibiótico de amplio espectro-, pero otros, con la penicilina casi inocua por su continuo uso de cara a la justificación, ejemplos contrarios son los de Ciudadanos, y en el polo opuesto el PP y Podemos,  sin alejarse el PSOE que fue el que inició la deriva judicial con la excusa del progresismo ilustrado de escaparte y canuto.

Ese miseree conspirativo de pecado y perdón es lo que ha causado la deriva catalana, la sensación de impunidad y ligereza gubernamental y como en la novela de Estullin, “Conspiración Octpus”, aquí más bien jibia o triste calamar, no aleja esa ficción de nuestra realidad en un universo paralelo de humo y espejos. Y si entre los objetivos del complot se establece derrocar un gobierno o a un gobernante, quitar el poder a algún grupo o en este caso partido político, y en su defecto y a lo que me agarro, realizar algo con la misión de perjudicar a otro que ostenta un lugar de privilegio, tenemos la radiografía permanente de este país, de esta región, la de Murcia y de esta noble y trimilenaria ciudad de Cartagena que no se merece esta lacra política impuesta por los partidos en las urnas, siempre con un denominador común, la mediocridad y la vulgaridad de sus protagonistas merced a esa filosofía de falsos progresismos al que todos se suman, sin contingencia de ideario ni color, como en un mercadillo.

Abandonando las falsas, pero lógicas promesas del Gobierno en torno a una reyerta constitucional más que reforma o adaptación, realmente innecesaria, pero ávida para los tardo-nacionalistas y los neo-anarquistas de tiña parasitaria, me centro en Murcia, otro contubernio disparatado sobre una herencia política nefasta y humillante, mantener encausados y personajes de dudosa ralea como presidentes de fortuna de una comunidad como ha pasado, con lo que ello supone, y objetivamente siembra la duda sobre el resto, y consecuentemente, que el menos caracterizado ocupe puestos impensables para la más pueril mente humana, como es el caso del señor Miras, sin duda es contraproducente para el desarrollo de una región, y así nos va. O quizás, la rubia de moda en el PP, a la sazón portavoz y consejera y sabe Dios qué más, se postulará trepando como heredera de la Barreiro para Cartagena sería otro desengaño anunciado. Otra sí, ¿será el nuevo delegado del gobierno el verdadero antibiótico?, un puesto complicado para hábiles mercaderes del liderazgo, ¿será esta la opción en año y medio contra Garre, principal enemigo del partido por su honestidad?, no me extrañaría nada en este mundo de perfidias donde los mentores, son sometidos como en la antigua Roma por sus seminaristas en profundas laudes matutinas.

Y arropados al Mediterráneo me centro en la permanente confabulación cartagenera, años sin aliento político, con ansiedad permanente gubernamental, aunque esto joda a algún dios de plastilina protagonista de algún comic de Jan. No es una opinión, sino un hecho el fracaso de MC y PSOE en sus 28 meses de gobierno, sin querer y producto de su propia prepotencia e incompetencia basada en la ignorancia más profunda, supina que diría algún cartagenerista que no cartagenero, han conseguido hacer buenos a los inhábiles gobiernos anteriores del PP y de la Barreiro, que ya hay que ser inútil, ésta, la Barreiro, una permanente “presunta” que acompañada por la “suerte” de los recovecos novelescos de conspiraciones y traiciones, cruza las fronteras del “escapismo judicial” con una habilidad digna de protagonizar alguna novela de Kent Follet.

Lo cierto es que, Cartagena ha sucumbido al bocadillo de Mortadela ya descrito en otras misivas, ora por falta de dignidad, ora por demencia locuaz, ora por frustración, el consistorio es como una casa de divorciados donde la falta de sustento ególatra aflora las rivalidades e inquinas manifiestas que les obliga a compartir cama política, donde aburre el permanente discurso de mercadillo de una alcaldesa en funciones, -está supeditada a un sorpresivo arrebato u ocurrencia y a la amenaza de una moción de censura, que se acercará tal como acabe la legislatura, no lo duden-. Y luego la suerte de varas, “la pica”, se manifiesta en perfecto acoso mediático a los intereses opuestos, no importa la mierda que anida en esta ciudad, la dejadez y la ignominia turística demostrada de este verano, el tráfico de colegas o el desfile judicial del ex alcalde por el Palacio de Justicia, tampoco el asalto a mano armada del parking del hospital donde se trafica salvajemente con la salud y así, un eterno etc. de promesas pendientes. No importa lo pueril de la incompetencia demostrada del nuevo segundo o Tte. a 58.000 leuros el kilo anual, referencias; dos años con un éxito total en el deporte, el futbol claro, bueno el Efesé, el resto desatendido, y bajo injerencia del director general y su feudo, nunca cuestionado, de hecho, el Pabellón Central ennegrecido por la duda en la gestión y sin mantenimiento se cae a trozos, el Palacete usado como naipe en una partida de Mus pero muriéndose en la indiferencia, “alguien chupará del bote”, además, un nombramiento consentido y rozando la infidelidad en contra del denostado ex alcalde caído al confín de la indiferencia…, en la página web del Ayto. al menos. No importa la desfachatez y la humillación al partido consorte por parte de la Castejón a MC, ambos siempre con el bocadillo de mortadela en la mente. Once figuras de basta porcelana situadas entre los de “la tribu” de Villoro y los de la pintura, “Los Once” del Louvre, aquellos once miembros del Comité de Salvación Pública en la Revolución francesa, que según se les mire, así se ven.

Estamos sufriendo la peor pesadilla con gestores que no saben ni gestionar su propio ridículo a nivel local, regional e incluso nacional. Mientras, en la acera de enfrente, en Madrid, en la Asamblea Regional y en el consistorio cartagenero el PP se relame ante tanta incompetencia, ellos solos se mutilan y no necesitan enemigos, los tiene en casa.

‘In peccatis concepit me mater mea’ (Salmo 51). Y en pecado me concibió mi madre. A pensar.

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