El Beso de Judas

Escrito por Andrés Hernández. 2 de mayo de 2018, miércoles..

¡Oh Judas! con un beso entregas al Hijo del Hombre. Con estas palabras, presentadas en el evangelio de San Lucas, Jesús recibe al apóstol traidor en las vísperas del viernes, día de su pasión, en el huerto de Getsemaní. En un hecho inédito, Judas no señala, ni recrimina a Jesús ante sus enemigos, utiliza una falsa señal, lo besa. Lo traiciona.


Así, metafóricamente nos “besan” a los españoles de orden y honrados, los traidores que ocupan puestos políticos y nepoticamente derivados en su mayoría, y diría que, hasta nos manosean, nos soban, nos ultrajan y hasta nos prostituyen haciendo proxenetismo de sus cargos, son nuestros gobernantes y políticos, como un Judas incierto un curioso y nuevo apostolado de lo mediocre, juegan con nosotros amparados en una falsa y autócrata democracia que establecen en sus poderes fácticos, la casuística de su mediocridad, de la mezquindad de sus mentiras, de sus complots y de sus conspiraciones, dignas de idearías novelas negras, y jugando con el metafórico derecho de pernada medieval en sus manos, nos joden, traicionan y putean. Viven en permanente traición a nosotros, a la Democracia Española, al Estado de Derecho que dicen salvaguardar, viven de espaldas a los poderes Constitucionales, confundiéndolos y manipulándolos, el Legislativo, o la capacidad de hacer leyes. El Ejecutivo que lo manchan y mancillan, inventando a su antojo la capacidad de gobernar, pero no ponen las leyes en práctica sino a beneficio. Y el Judicial, donde manipulan y turban con injerencias la transparente y profesional capacidad de juzgar, si las leyes se cumplen o no es a su interés. Y, además, joden nuestra Unidad Nacional, porque les importa y les importamos una mierda a Rajoy, Sánchez, Iglesias, Rivera y así hasta el último de la fila, son charlatanes de feria por naturaleza, mercaderes del Templo de Salomón. -El cinismo es una traición intelectual-. Decía Norman Cousins.


Presenciamos un cinismo indigente e ingente ante la manipulación del acoso a personas que pueden hacer tambalear las estructuras verticales de este país, el acoso cuasi mafioso de los propios y extraños a Cifuentes es una clara expresión de la corrupción mediática en este país. Otrosí, los podemitas, delincuentes con acta de diputado, eso sí, con pedigrí, máxima expresión de que en este país no coge un cara dura más, analfabetos incluidos que juegan con la entelequia de la justicia a demanda de sus intereses, ahora crítico…, ahora defiendo…, pero no despejan las inquietudes que suponen a los españoles y sobre todo españolas, la población emigrante carcelaria que asciende a la mitad, o los ataques misóginos y machistas de la comunidad islámica a la que temen por cobardes, todos se pliegan a una islamización consentida y patrocinada económicamente a modo de abusivos subsidios estatales en detrimento de los derechos de los propios españoles, que los generan y sustentan, estos imbéciles de bancos azules y rojos no van a dar lecciones de solidaridad a los españoles, pero gilipollas somos, “lo justo”. Hay un reparto económico desproporcionado, sin duda, entre los miles de conectados a la política y sus sueldazos, las ingentes partidas para subvenciones de emigrantes y las carencias de la propiedad privada, en contra de los pensionistas y sus miserias, los derechos de los propios españoles y sus décadas de trabajo y los impuestos sufridos por la clase media trabajadora nacional, que han de mantener a tanto mercader.


Esta traición a la seguridad de la población española, a la integridad de nuestra cultura y tradiciones es una traición de estos mercaderes de feria, fariseos que ocupan escaños y sillones a costa de nuestros esfuerzos, estos que han hecho del sistema político español un fraude, gracias a tanto traidor que se vende por un escaño o por un malogrado puñado de votos para justificar su traición, al que un dios justo les debería de azotar y vapulear y echar del templo y acabar como el traidor bíblico, Judas que, “una vez ahorcado, reventó y se desparramaron sus entrañas, y todo el cuerpo se le llenó de gusanos, y exhalaba una fetidez espantosa, de manera que nadie podía pasar cerca de sus despojos sin taparse las narices…”, La maldición de Judas. El apóstol traidor. Eso es lo que pasa en este sufrido pueblo español, que ya, ni con las narices tapadas puede soportar tanta traición política.


Los escándalos de ladrones políticos en Andalucía con Chávez y Griñan a la cabeza, “fueraparte” que diría Herrera, los pulsos permanentes de poder socialista. Los terroristas de estado sin uniforme en Cataluña sin contingencia de la cantidad de imbéciles que lo sustentan, las meretrices de corrala en Vascongadas con siglas nacionalistas vascas, las traiciones impúdicas en Madrid dignas de una novela negra de Pérez Reverte con espías, gobiernos y generales de fondo, o ya, lo irrisible con los recién llegados por sentarse a la mesa que se venden por las esquinas, junto a desnaturalizados anarquistas de morado como el yogur griego, sin marca y según el supermercado…, son mera muestra de este templo de mercaderes, ladrones y forajidos.


Los escándalos de Santa Pola en torno al presidente, muy escondidos y tapados y muy fuertes y tenebrosos, presuntos o no, a saber…, de los que se hacen eco profesionales de la información opuestos al compadreo y al complot comunicativo podrido y supurante actual, pero no desmentidos, como los presuntos affaires bancarios dantescos y criminales ignorados. Las altas traiciones con los espías de fondo españoles y a la sazón la inoperancia implícita y sostenida por un gobierno nacional cobarde y ruin que ha traicionado al pueblo español en Cataluña, que ha sucumbido, cual prostituta en celo para salvar los presupuestos generales y su culo, junto con su proxeneta político como es Ciudadanos ante las prerrogativas de un partido nacionalista como el vasco, acostumbrado a lo putrefacto, pero, ignorando y despreciando a los pensionistas que los ha mantenido en tal servilismo, a los trabajadores españoles y a las almas de buena voluntad catalanas y españolas y retirando la suave excusa de la intervención de mentira del estado en una cómica y absurda Cataluña, es de traidores y mezquinos, un ósculo al aire, cuantos Judas. Ya lo dijo Maquiavelo. “La política es el arte de engañar”


Por aquí, aún, peor. La vuelta a primera fila de un gobierno capitalino murciano, que nunca se fue, de la vieja guardia rancia y condolida del virreinato oscuro y nepotista  de Valcárcel aseguran su legado, el de Pedro Antonio Sánchez el breve, procesado por prevaricación y malversación y sobre todo manipulador, y López Miras, o títere del Virrey en este particular juego de tronos murciano presagian condolencias electorales, son malos tiempos para la lírica pepera española y murciana, malos cambios en las consejerías que solo aseguran el tapadillo y la justificación de la traición al resto de municipios, ultrajados estos por el juego insólito de peones para las alcaldías anteponiendo lo mediocre a lo excelente, los ósculos ofertados al aire llenos de mentiras, de nepotismo y de malabares patéticos de un  partido populista, hoy un PP en horas bajas que ha conseguido ser en Murcia al igual en el resto de España, tan patético como el PSOE, naranjas y morados e incluso hasta los que están por llegar, un partido al que le crecen los enanos por minutos gracias a su juego traidor y mezquino con el ciudadano, un partido lleno de sacrílegos y renegados de taberna, aderezados con los antiguos y medievales por enchufados sobrinos papales con sueldazos y cargos de escándalo,… . Traicionar es romper un pacto no escrito entre dos o más almas. Y eso han hecho con los españoles. Traicionarnos.


“Nos reímos del honor y luego nos sorprendemos de encontrar traidores entre nosotros”. C. S. Lewis.

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