PERIÓDICO DE SUCESOS, TRIBUNALES y TRÁFICO DE LAS COMARCAS DEL CAMPO DE CARTAGENA Y DEL MAR MENOR                                                                         booked.net

¿Hubo o no paliza de varios policías a un ciudadano?

Es la cuestión que tendrá que resolver el tribunal de la Audiencia en un juicio que comenzó ayer y en el que tres amigos afirman que uno de ellos fue objeto de numerosos golpes y patadas al negarse a bajarse los pantalones, mientras que seis agentes de la Comisaría de Cartagena niegan la acusación y afirman que fue esa persona quien agredió a uno de ellos y causó lesiones a dos más.



El incidente tuvo lugar en 2014 y ahora ha llegado a la sala de vistas de la sección quinta de la Audiencia Provincial, con sede en Cartagena, con la complicación de que es la palabra de unos frente a la de los otros, pues no existen más testigos periféricos que puedan aportar luz a este caso. La sensación tras la primera sesión es que una de las partes miente y que, incluso, la que diga la verdad puede haber añadido elementos no veraces. Pero, como digo, es la sensación, pues tanto unos como otros son firmes en sus afirmaciones.

La Fiscalía pide diversas condenas. Por parte de los tres amigos sólo solicita, de partida, para el principal protagonista del incidente una multa de 12 meses a razón de 10 euros diarios por un delito de desobediencia y una falta de lesiones por agresión a un agente. Respecto a los policías nacionales, pide para uno 4 años de prisión por un delito de lesiones y 6 años de inhabilitación para cargo público, como es el de agente de Policía Nacional, por un delito cometido por funcionario público contra la libertad individual. Para su compañero de patrulla solicita lo mismo salvo que la pena de prisión la sitúa en dos años. Para los cuatro restantes se piden 2 años. En cuanto a la responsabilidad civil, pide que el civil abone al policía 280 euros por las lesiones causadas y que todos lso policías le paguen a éste unos siete mil euros por las lesiones y las secuelas.

La acusación particular del ciudadano pide unos sesenta mil euros en indemnizaciones y más penas de prisión. Además, participan en las sesiones el Abogado del Estado, que defiende los intereses públicos (si los agentes fuesen condenados sería el responsable subsidiario); la abogada defensora de los otros dos amigos (María Isabel Muñoz) y los abogados Alfonso Pérez Alajarín, Ana Sánchez Aliaga y Juan Francisco Pérez Aviles (por parte de los policías), quienes piden la absolución de los clientes.

Lo único en que se coincide es que un coche patrulla del 091 hizo el alto, sobre las tres de la madrugada en la calle Montanaro (cerca de la plaza de El Lago de Cartagena), a un turismo en el que iban tres amigos que venían de celebrar el cumpleaños de uno de ellos de un local del polígono Cabezo Beaza. A partir de ahí, dos historias totalmente diferentes.

El primero en declarar fue el ciudadano que denunció a los seis agentes y lo hizo durante una hora. Afirmó que había bebido algo, pero que estaba bien, y que en el coche no llevaban droga ni nadie había fumado ("a mí me molesta el humo"). Aseguró que los dos agentes de un coche patrulla les dijeron que se bajasen, les preguntaron si tenían drogas y los cachearon. "Entonces nos dijeron que nos bajásemos los pantalones y yo les dije que esa zona es donde me crié y que fuésemos a un portón para que nadie me viera. El agente sacó la porra y muy agresivo me dijo que hiciese lo que a él 'le saliese de los cojones', le dije que no, respondió que me iba a enterar...". Después aparecieron otros dos 'zetas' (vehículos de patrulla). "Uno de los primeros policías, 'El moreno', me dijo que me metiera en su coche y cuando iba a hacerlo me pegó con la porra, lo aparté para que no siguiera y otro me golpeó en la cabeza. Después me tiraron al suelo, me levanté y volví a caer y ahí empezaron a darme porrazos, patadas y a insultarme mientras trataba de protegerme y preguntaba: ¿esto a qué viene? Perdí la conciencia", afirma, indicando que en el suelo le pusieron las esposas. "No me mataron porque no era mi día", expresó. "Después me metieron en el coche para llevarme a Comisaría y escuché: 'Todos a una'. En el trayecto fueron hacia La Cortina y en la subida pararon, abrieron la puerta y 'el moreno' comenzó a pegarme mientras seguía diciéndome perrerías. De tanto golpe se me durmió una pierna". Después lo llevaron a Comisaría donde dos agentes jóvenes "fueron los que lo llevaron a Urgencias del Rosell, pero también se metían conmigo".


También aseguró que no quisieron hacerle 'la prueba', apuntando que no es consumidor de drogas' y que tampoco le dijeron de que era acusado ni tampoco le leyeron derechos algunos. Más adelante, a preguntas de otros agentes jurídicos, volvió a hablar de secuencias de su relato. "Todo fue porque no quería bajarme los pantalones", aseguró, y también expuso que los seis agente son culpables "porque unos me pegaron y otros no hicieron nada". También utilizó palabras como que esa noche estaba 'atemorizado y pasmado' y que recibió tantos palos que parecía "que un tren me había pasado por delante y por detrás".

Le pidieron que señalase en sala a los dos agentes del primer coche patrulla. Con uno erró. También le comentaron que hace unos años reconoció a otra persona. Respondió que está en tratamiento, "estoy tomando muchas pastillas y puedo confundirme. Antes no tomaba ninguna y desde entonces no puedo dejar el tratamiento". Otro comentario es que lo que padeció "lo ha sufrido también mi familia y uno de mis hijos no quiere ni ver una gorra de policía". A preguntas de los letrados defensores de los agentes, negó haberse revuelto cuando iba a entrar en el coche y de haber cogido del cuello a un policía.

Después pasaron a declarar sus dos amigos. Uno dijo que no consume droga, que esa noche tomó cerveza y whisky, que se identificaron antes los policías ("se mostraron desde el principio muy agresivos") y que se tuvo que bajar los pantalones. Sobre la presunta agresión, comentó que "de reojo" vio a 4 ó 5 agentes "que estaban encima de él" y que su compañero y él pidieron que lo dejasen ya, "pero uno de los policías que nos vigilaba a nosotros se acercó con la linterna y nos dijo que nos calláramos". Afirmó que un policía se agachó parea coger unas colillas "más que apagadas" que había en el suelo. También aseveró que nos les dijeron de qué eran acusados para ser llevados a la sede del 091.     

El otro amigo era quien ese día cumplía años. Afirmó que tomó cuatro vasos de cubata y cerveza y uno o dos porros, pero en la celebración, no en el coche, donde no llevaba drogas. En su declaración fue más tajante en que observó claramente como le daban palos en el suelo durante varios minutos a su amigo "porque no había querido bajarse los pantalones, por lo que grité que no le pegaran más y se me ocurrió decir que conocía al comisario, aunque no era cierto, pero era para frenarlos. Le daban patadas como si estuvieran jugando con un balón". Aseguró que escuchó a los policías decir que estaban "todos a una". A preguntas de los abogados, dijo que su amigo "iba algo mareado, pero consciente y nada agresivo".

Después ha llegado el turno a los agentes. La acusación principal se centra en uno de ellos ('el moreno') y en su compañero y en menor medida en los restantes, de los que uno o dos fueron los que estuvieron junto a los otros dos amigos y no intervinieron en esos supuestos hechos denunciados.  

Los policías expusieron en sala que se acogían a su derecho de no responder a las preguntas del ministerio público y de la acusación particular, por lo que sólo recibieron cuestiones por parte del abogado del Estado y de los letrados defensores.

'El moreno' relató que el coche donde iban los tres amigos les llamó la atención porque llevaba una ventanilla rota "y al llegar, por su actitud y porque nos superaban en número, decidimos pedir apoyo", lo que motivó la llegada de los otros dos 'zetas'. "Estas personas seguían sin colaborar, especialmente uno de ellos, quien, cuando me puse a cachearlo, sorpresivamente me cogió por el cuello, cayendo ambos al suelo. Entonces un compañero trató de repeler la agresión y otro de separarnos, pero nunca se ejerció una fuerza superior a la recibida", dijo, apuntando que fueron tres los agentes que sufrieron lesiones en ese episodio y que él en momento alguno sacó la porra. También aseguró que mientras "lo engrilletábamos opuso gran resistencia y se golpeaba la cabeza".

A preguntas directos, respondió que no piden a nadie que se baje los pantalones y que tampoco recogen colillas del suelo, mientras que sí afirmó que llevaban "encima sustancias estupefacientes".

También se les planteó el motivo por el que llegaron más tarde que los otros coches patrullas después a Comisaría con los detenidos. Negó que le hubiese pegado al denunciante cerca de La Cortina y explicó que quisieron llevarlo al hospital de Santa Lucía "al observar que llevaba sangre en la cara, pero de pronto se puso en una actitud muy agresiva y, para evitar algún incidente en el hospital, decidimos ir a Comisaría para que fueran otros compañeros los que lo llevasen en el mismo vehículo".

Durante la mañana se han observado algunos de los encausados visiblemente afectado. Primero fue el hombre que afirma que fue apaleado y después el segundo de los agentes en testificar, quien está jubilado debido a su depresivo estado anímico después de ese suceso al ver que era investigado e imputado. En su declaración, el policía dijo que pidieron ayuda porque no vieron colaboración en las tres personas que iban en el coche y también que observó bien la agresión a su compañero y como después ambos caían al suelo, "por lo que otros tres intervinimos para separar y para tratar de sujetar a esta persona". Los dos agentes restantes dijo que estaban con los otros dos amigos. Le preguntaron si dijeron lo de 'todos a una'. Lo negó, acompañando su respuesta con "no somos mosqueteros", al igual que fue tajante en afirma que no dijeron que se bajasen los pantalones, "y nunca lo hemos hecho".  

Cerca de las tres de la tarde terminó esta primera sesión. Quedan pocos testimonios, entre ellos los informes forense, para después los agentes jurídicos exponer sus conclusiones y pedir las condenas al tribunal. Este segundo capítulo llegará en la mañana de este jueves.

Etiquetas: Cartagena

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