'Imperium educacional'

Escrito por Carlos Illán Ruiz. 9 de julio de 2022 - SÁBADO.

En estos tiempos en la que estamos sometidos a la dictadura de violentos y vándalos no debe pasar de largo los buenos comportamientos, como fue el que tuvieron miles y miles de asistentes a 'Imperium Rock Fest'. Me cuentan que al día siguiente de la multitudinaria jornada final, los aseos portátiles instalados presentaban un aspecto estupendo. La buena educación también merece ser destacada.

Es rara la semana que en los informativos nacionales no aparecen imágenes de incidentes. Unos nos han tocado de cerca (agresión a policías en la Urbanización Mediterráneo) y otros llegan de otros puntos de la geografía nacional (agresiones durante la procesión navarra de San Fermín), a lo que se suma, entre otros, la constante quema de contenedores. Sin embargo, 'lo bueno' poco asoma, pero considero que, a veces, las buenas noticias también deben ser noticia, por lo que no he podido resistirme a ensalzar el comportamiento global de las miles de personas que acudieron al 'Rock Imperium Festival'.

Antes de su celebración, un conocido me comentó algo así como que se iba a liar con "tanta chusma" en referencia a rockeros, heavys, moteros y demás asistentes que se esperaban. No me hizo gracia ese comentario, incluso entramos en una discusión. Es cierto que me considero rockero y me tocó la fibra, pues he asistido a otros muchos conciertos a lo largo de mi vida y nunca he presenciado incidentes algunos. Había que esperar a su celebración para ver quién acertaba en su augurio y me alegró que fuese él quien se 'columpiase'.

En la explanada de la Cuesta del Batel llegaron a estar en la jornada final más de cuarenta mil personas, casi todas de oscuro como manda el mundo rockero. Allí estaban (un servidor no pudo ir) personas de un amplio abanico de edades, pero una gran mayoría eran adultas y muy adultas, pues cabe recordar que algunas de las bandas llevan décadas dale que te pego a las guitarras. Los hubo que bebieron de más y los que se 'desataron', pero, en general, sin causar daños. La fiesta no está reñida con la educación y así lo reflejó el estado de los aseos. Cierto es que el personal de Lhicarsa los limpiaba de forma periódica, pero no había señales de vandalismo. Entonces, ¿el problema es generacional?. Bien se puede pensar así. En todas las generaciones hay 'de todo', pero en estos tiempos, aunque siguen siendo minoría, 'los vándalos de morro caliente' proliferan en exceso. Educar no es fácil, pero es una obligación de los padres, al igual que de nuestra justicia castigar a los infractores de tal manera que se les quitase las ganas de repetir. Creo que una y otra cosa no están funcionando bien, pero por mucho que se diga no sirve para nada hasta que unos y otros no se miren al ombligo en lugar de buscar excusas.

Creo que en las nuevas hornadas hay mucha gente ejemplar y válida, pero también que son demasiados para los que son como trofeos causar daños e, incluso, algunos se siente orgullosos si su penosa acción se difunde en medios de información o redes sociales. Una pena y una gran preocupación.

Por ello, por ese gran contraste, el festival de educación que se dio en el Rock Imperium Fest merece ser resaltado en ese ansiado mundo 'ferpecto'.
 

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